viernes, abril 26, 2024
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Operación enigma: espionaje ruso en Colombia con la izquierda radical de Venezuela involucrada


Por Jorge Augusto Peña


En Colombia fueron detectados dos espías de origen ruso, que a través de ejercer sendos cargos como tercer secretario en la embajada rusa de esa nación, llevaron a cabo labores de espionaje con las que obtuvieron información sobre tecnología del país, inteligencia militar, e infraestructura energética.

El gobierno de Colombia desenmascaró el modus operandi de estos sujetos con vídeos que la revista periodística colombiana «Semana», publicó en su sitio web oficial, argumentando que tienen incluso vídeos con la identidad de quienes brindaban información a estos sujetos.

Los dos espías recorrían las calles de Bogotá durante períodos de hasta seis horas para asegurarse de que nadie los siguiera antes de encontrarse con sus informantes, cambiando de vehículos, desplazándose a pie por kilómetros y cambiando de vestimenta en puntos estratégicos.

Sin embargo, los puntos de encuentro con sus cómplices siempre estaban a solo unas cuantas calles de la embajada donde trabajaban. A sus informantes les pagaban sumas cuantiosas de dinero y entre  estas fuentes había altos funcionarios de empresas petroleras y energéticas que operan en Colombia, y poseían información privilegiada de entidades privadas y públicas del país. 

 Los dos funcionarios de la embajada rusa de Colombia, ya fueron expulsados del territorio y sus nombres son, Aleksandr Nikolayevich Belousov, y Aleksandr Paristov.

El primero es integrante del Servicio de Inteligencia Militar de Rusia (GRU), y entró a Colombia el 1 de noviembre de 2017. El GRU se enfoca en la obtención de información clasificada de alto valor militar. 

Por su parte, Aleksandr Paristov, es integrante del Servicio de Inteligencia Extranjera en Rusia, (SVR), él entró a territorio colombiano el 17 de enero de 2019. El SVR, para el cual trabaja, busca desarrollar operaciones de influencia política, económica, científica y de diversas áreas de interés para el Kremlin, es decir el poder diplomático de Rusia.

La denominada «Operación enigma», se llevó a cabo a lo largo de dos años de investigación por parte de agencias de inteligencia colombianas. Con el apoyo de drones, inteligencia militar y tecnología aplicada a la detección de las actividades financieras de los espías rusos y de sus teléfonos.

No obstante, se dio a conocer lo cautelosos que fueron ambos rusos, puesto que nunca usaron sus dispositivos móviles para concertar sus reuniones y siempre entregaron los pagos para sus informantes íntegramente en efectivo.

Sobre esta situación, Iván Duque, actual presidente de Colombia, se ha pronunciado señalando que «se ha manejado como se establecen las relaciones diplomáticas a través de las convenciones internacionales (…) El mensaje que queremos dar es que este es un país amistoso pero que también se guía por los protocolos de la convención de Viena y cualquiera que esté por fuera de esa convención tendrá que salir del país”.

Por su parte, Vladimir Putin decidió expulsar de su país a dos funcionarios de la embajada colombiana en Rusia, Ana María Pinilla Morón, tercera secretaria de relaciones exteriores, y Leonardo Andrés González Guzmán, segundo secretario. Esto con el fin de darle a los colombianos un «trato simétrico».

Medios y población civil aseguran que se trata de un intento por parte del gobierno de Rusia de intervenir en las elecciones presidenciales de Colombia del próximo 2022,  y agencias de inteligencia señalan que las labores de los dos espías rusos se relacionan directamente con los intereses de Venezuela en la región.

Al respecto, vale la pena recordar que en Venezuela luego de la administración financiera que ha tenido el gobierno chavista-autoritario de Nicolás Maduro, se ha reducido la producción de petróleo en ese país, y quizá Putin, uno de sus mejores compradores, junto con China, ayude a obtener la infraestructura energética necesaria para explotar el que tienen y quizá utilizar algo del de Colombia si por medio de intervenir en las elecciones de 2022 un gobierno de izquierda simpatizante con el de Maduro facilita la exportación de crudo colombiano a Venezuela, quien como se ha mencionado, vende bastante petróleo a rusos y chinos.

Con el esfuerzo que han hecho por obtener información de altos funcionarios de empresas petroleras, durante dos años, es posible inferir la intención de Rusia de obtener poder sobre la producción petrolera de Colombia, que actualmente es de las más prometedoras, ya que se estima en 37 mil millones de barriles.

Mientras tanto, Colombia quiere seguir siendo «Uribista»

La mayor parte de la población de Colombia se encuentra satisfecha con la administración de su actual presidente, Iván Duque, quien representa una ideología política de derecha-liberal, basada en el trabajo que hizo como Presidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez, que gobernó en los periodos de 2002-2006 y 2006-2010. 

Uribe es considerado el presidente más influyente que ha tenido Colombia en este siglo por el crecimiento económico que tuvo el país durante su gobierno, una considerable reducción en los índices de corrupción, secuestro y asesinato, y por su aportación en la mejora de las relaciones con Estados Unidos, a pesar de haber sido criticado por apoyar la guerra contra el terrorismo que comenzó la administración de George Bush.

En periodos posteriores al de Uribe, se conservó la esencia de su línea política y paulatinamente la imagen de Colombia mejoró ante el mundo hasta convertirse, en 2018, en el único país latinoamericano en ser socio global de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), una alianza militar en la cual sus miembros tienen acordado que se defenderán mutuamente de posibles amenazas, especialmente del terrorismo. Para este fin, Colombia obtuvo tecnología con la cual prevenirse de ciberataques y esta fue una de las herramientas que, como se ha mencionado hace algunas líneas, resultaron fundamentales en la detección de los dos espías rusos.

Previo a sus elecciones presidenciales de 2022, los colombianos ven como una amenaza el triunfo de un gobierno de extrema izquierda, ya que representa profundas heridas en su historia. La razón son los  Frentes Armados Revolucionarios de Colombia, (FARC), o también llamadas «las FARC», que llevaron a cabo desde, 1964 hasta el 2016, actos guerrilleros y terroristas que resultaron en miles de muertes civiles. Lo que en esencia hace ISIS, pronunciar su postura política por medio de balas y explosivos, en su momento lo hicieron las FARC, y por eso los colombianos no quieren que la izquierda radical tenga el poder de su nación, a la cual llevan poco tiempo de ver cómo prospera; un gobierno que los ponga en manos de Maduro es algo que naturalmente no van a desear en este momento.

Es por estás razones que en Twitter se han vuelto populares los hashtags #Colombiadiestra,#Uribista,#Diestrodenacimiento,#Ojoconel2022,#Espiasrusosson, entre otros. Tomando en cuenta los resultados que ha entregado el gobierno de Nicolás Maduro es comprensible el miedo y rechazo que siente la población de Colombia ante la izquierda-radical, pero principalmente ante la posibilidad de pasar por una situación similar a la que continúa en Venezuela.

La administración de Nicolás Maduro, comenzó el 19 de abril de 2013, luego del fallecimiento de Hugo Chávez el cinco de marzo del mismo año. Desde entonces, los índices de pobreza en la población venezolana han presentado un crecimiento exponencial, pasando del 42%, en el 2014, al 82% en 2016, y finalmente al 90%, llegado el 2018.

La crisis económica provocó que Venezuela, luego de haber sido una de las economías latinoamericanas más relevantes en los años setenta, pasó a tener en 2017 un decrecimiento del 15.7% y una inflación histórica del 860%, ese mismo año, Reuters informó que en promedio la población venezolana había perdido entre ocho y once kilos de masa corporal.

Es por estos resultados en el gobierno chavista con el que Maduro ha dirigido a Venezuela, que Colombia no desea cometer el mismo error, y no piensan darle la oportunidad a la izquierda radical, que ha sido calificada de terrorista, de llevar el rumbo de su nación, además, en un momento en el cual diversos actores políticos que representan a una izquierda radical de Colombia, se encuentran siendo investigados por actos de corrupción. 

¿Se trata entonces de un miedo con fundamentos el de que Rusia intervenga en las elecciones de Colombia el próximo 2022 con el objetivo de enriquecerse, o se trata solamente de la fantasía hollywoodense de que espías rusos planean traer el comunismo a sudamérica?

 

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