Lejos están quedando aquellos tiempos en los que las sexshops eran lugares clandestinos, obscuros, sucios y en donde sólo encontrabas pornografía. Las sexshop de ahora son lugares que en su mayoría buscan que la experiencia de sus compradores sea agradable, teniendo a la venta juguetes, ropa, películas e incluso ofreciendo espacios para interactuar.
La primera sexshop que existió fue abierta por una mujer llamada Beate Uhse, nacida en Alemania en 1919; quien además fue de las primeras mujeres pilotos de avión.
A Beate le prohibieron volar aviones, y al no tener trabajo al terminar la segunda guerra mundial se dedicó a las ventas. Este trabajo le dio la oportunidad de conocer y escuchar a muchas mujeres que tenían una gran preocupación en común: tener un hijo en esos momentos de postguerra. Fue a raíz de esto que Beate publicó y comenzó a distribuir un panfleto llamado Schrift X (Letra X) en donde explicaba métodos de anticoncepción naturales. Después de un año, había vendido 20 mil ejemplares .
Dado el éxito rotundo de “Letra X”, en 1947 Beate comenzó una empresa con un catalogo que era vendido sólo por correo, teniendo pedidos de más de 200 mil personas y 50 productos a la venta.
Años más tarde, en 1962, inaugura la primera sex shop del mundo en Flensburgo, Alemania. Con la que obtuvo ganancias de aproximadamente 115 millones de marcos alemanes, además de varios juicios. El imperio de Beate creció al punto de que en la actualidad cuenta con un canal de televisión, un museo erótico y facturación anual por más de 50 millones de euros.
Beate murió a los 81 años por una infección pulmonar.
Gracias a Beate es que existen estos lugares en donde podemos encontrar juguetes para enriquecer nuestra vida sexual. Si no has visitado una sexshop y hecho alguna compra, estás perdiéndote de mucho placer. ¿Qué esperas?
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