Un joven repartidor argentino confiesa que no puede dejar a su fiel y suave compañero a pesar de que asegura que se le han cerrado muchas puertas por estar con él; más que una mascota, él es su amigo.
Ariel Alejandro Rochi Páez trabaja como repartidor de comida a domicilio en la ciudad de Rosario, ubicada al este de Argentina. Ariel dice que él y su perro Fredy son inseparables, así que siempre lleva a su amigo cada vez que debe hacer una entrega. Fredy se sienta en un carrito que Ariel añadió en la parte trasera de su bicicleta y así comienza su jornada.
“Fredy es brasileño, él fue entregado en una cajita. Una amiga me lo regaló, yo estaba viajando por el norte de Brasil. Al estar tan acostumbrado a viajar, necesita salir y estar conmigo”, relata Ariel.
Por el momento Ariel se encuentra ahorrando y planea comprar un terreno; un lugar que sea sólo para ellos dos.
“Para mí Fredy es un gran compañero. Es el que está siempre en las malas y en las buenas. Es mi amigo y no lo dejo”.
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