En este mes es casi imposible no tocar temas del corazón, porque aunque está comprobado que no amamos con el corazón, nos sigue gustando tocarnos el pecho cuando sufrimos alguna “lesión amorosa”, quizá lo hacemos como algún intento de evitar que se nos siga rompiendo la vida.
Y si pensamos en las secuelas que algo tan mercantil como el “14 de febrero” seguramente pensaríamos dos veces antes de creer en él. Sin embargo, también existen historias dignas de celebrarse en una fecha como esta.
Estamos acostumbrados a buscar fechas que nos recuerden que en algún momento fuimos felices. En esta sociedad consumista, donde el tiempo está a contracorriente, parece que ama más el que da el regalo más grande.
No cabe duda que algo estamos haciendo mal, ustedes, ellos y yo. Algo verdaderamente equivocado estamos haciendo si es que tenemos que marcar un día en el calendario para celebrar a los que amamos.
El amor señoras y señores se celebra, se alimenta, se construye y se aprende de él todos los días. El amor debe acompañarnos también el trece o el quince de cada mes. No se conforme con un solo día de celebración cuando el mes tiene 28 o 29 días, es más por qué celebrar un día a las personas que más amamos cuando tenemos 365 oportunidades de vencer al sol y sonreír primero.
Les deseo que en sus próximos febreros no le toquen días 14 con las siguientes frases:
- Un febrero sin flores que en cada pétalo de esconden palabras vacías.
- Un febrero sin pedir que lo intentemos cuando sabes que eres tú el primero que se rinde.
- Un febrero sin abrazos falsos y caricias a medias.
- Un febrero sin mensajes tóxicos que prometen un vida feliz
- Un febrero sin regalos caducos como el amor cuando no es correspondido.
- Un febrero sin segundas oportunidades ni promesas que se romper al caer la lluvia.
Ojalá que usted, que yo, y que todos, encontremos ese amor bonito que nos merecemos, que necesitamos, un amor que nos reconforte y nos hace sentir bien por la mañana, por la tarde y a todas horas, un amor que nos haga crecer y creer, primero, siempre primero, en nosotros mismos, un amor que no reste sueños y que si sume retos, ojala que ustedes y yo nos demos cuenta que ese amor no está en otros, que ese amor se encuentra dentro de nosotros mismos, es nuestro amor propio.
Porque el amor no se celebra un solo día porque el amor lo entregamos es para ser correspondidos, porque el que no arriesga no ama.
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