El pasado 6 de agosto, en la comunidad de Cohuecán y Tepexco en Puebla, pobladores lincharon a siete personas por presuntamente secuestradores.
Los habitantes los golpearon y los colgaron de un árbol.
Ulises, uno de los hombres linchados, alcanzó a realizar una videollamada con su esposa para despedirse, le contó que había acompañado a su cuñado a comprar algunas cosas pero los habitantes los confundieron con secuestradores.
“Si no salgo de esta, quiero decirte que no tengo nada que ver, y no hay de otra, que Dios los perdone… «
La viuda de Ulises entrevistada por El Sol de Puebla, comentó que su hermano y su marido tenían un año trabajando en esa zona, y enviaba dinero para la manutención de su hijo de 7 años y una pequeñita de 6 años, quienes han quedado en orfandad.
Según la información de la ahora viuda, ambos sujetos trabajaban en un rancho donde el patrón «les daba alojamiento además de su pago».
El miércoles, Ulises videollamó a su esposa para contarle que se habían llevado a su hermano (de ella), y él se había echado a correr a una barranca, pues unas 300 personas venían con machetes y palos acusándolos de ser secuestradores. A través de la comunicación también le aseguró que era inocente, y que por favor, le llamara al patrón para que lo ayudara, pero poco tiempo después se cortó el vídeo.
La mujer se enteró del linchamiento de su esposo y hermano horas más tarde, a través de los medios de comunicación.
Los cuerpos le fueron entregados este sábado a sus familiares, fue todo un calvario, pues debían «identificar los siete cuerpos para poder entregarlos juntos».
La familia de los linchados piden justicia, pues aseguran que eran inocentes y no quieren que esto quede impune.
En Puebla también fueron linchadas cinco personas más acusadas del mismo delito: secuestro. Al respecto, habitantes confirmaron que dos de ellos (un menor de edad de 16 años y un hombre de 32), pertenencia a una banda que se dedicaba al robo de hidrocarburo y secuestro.
«No digan que son presuntos delincuentes, o peor que son inocentes. El tal Orlando estaba chiquito, pero era delincuente, su papá era huachicolero, hace como año y medio lo encontraron calcinado dentro de una pipa quemada en la zona de San Miguel Canoa. Es sobrino de los secuestradores, por eso andaba con ellos