Con la edad, el cuerpo cae pero se asienta el alma. El deseo de una mujer madura es más mañoso que arrebatado: la diversidad, intensidad y maneras de la vida sexual en consenso, no hacen que una persona sea mejor o peor, solo distinta. Descubrir eso es, sin duda, otra de las puertas de entrada al paraíso.
No te pierdas el podcast