Cuando discutimos y tú voz se escucha llena de rabia… Cuando crees que por gritar más fuerte la razón es tuya… Así, no me ames.
Cuando no compartimos tiempo de calidad, tú viendo televisión, leyendo el periódico o perdido en el celular; yo acabándome la vida en buscar nuevos proyectos donde crezcamos juntos o cocinando lo que más te gusta para recibirte como me hicieron creer que se debe recibir a los amantes… Así, no me ames.
Cuando tus argumentos anulan a los míos… Así, no me ames.
Cuando nos damos cuenta que ya no nos queda nada en común y que quizá es la costumbre la que nos mantiene juntos… Así, no me ames.
Cuando prepararte el desayuno dejó de ser un placer y se ha convertido en una obligación, como también obligación parece ser que quieras saber en todo momento donde estoy y con quien hablo porque piensas que no debe existir ninguna persona más importante que tú… Así, no me ames.
Cuando no comprendes que vivir juntos no se trata sólo de intimar sexualmente todo el tiempo ni de ir ni tiempo este a tu servicio sino de intimar con un abrazo, una caricia o un “buenos días”… Así, no me ames.
Con tus inseguridades y tus tratos hostiles que me han hecho creer que valgo menos que tú… Así, no me ames.
Cuando no te decides y sólo me quieres para lamerte las heridas o abrazarte cuando estás roto o cuando te das cuenta que siempre si quieres compartirte conmigo pero que al siguiente día te vas sin siquiera decir gracias. Cuando si quieres, pero solo a ratos, pero solo a tu ritmo pero das solo migajas… Así, no me ames.
Cuando crees que soy tu accesorio para lucir, para sentirte más hombre y para presumirme con tus amigos como un objeto que te pertenece… Así, no me ames.
Cuando tus tratos dejaron de hacerme sentir bonito, cuando a tus palabras se les acabó el encanto, cuando tus hermosos ojos dejaron de aparecer en mis sueños, cuando tus labios ya no sabían igual, cuando decidí dejarte de cargar… Así, sólo así comencé a darme cuenta que el amor no se busca en el otro, al amor debe descubrirse en uno mismo, alimentarse con cariño y admiración propia, con dignidad que nos sostenga en momentos de flaqueza y con una firma aceptación de que no somos perfectos y que es esa imperfección la que nos vuelve únicos.
Así no me ames, es más así no ames a nadie, pues es claro que el que ama reconoce cuando le toca aprender, el que ama le tocará ceder, el que ama también cuida respetando la libertad del otro, el que ama protege y se deja proteger.
Así no me ames porque te aseguro que así yo tampoco quiero amarte.
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