El 14 de julio, la familia de Mauro Alberto fue interceptada por un comando armado que se llevó al menor de 3 años de edad, a las pocas horas llamaron para informarles que se trataba de un secuestro, y fue cuando comenzaron las negociaciones.
Los padres del menor son empresarios de la alcaldía Milpa Alta.
Cuando los secuestradores le dijeron a los padres la cantidad que pedían por la vida del menor, estos les explicaron que era imposible conseguir los millones de pesos que les pedían, pero poco a poco fueron llegando a un arreglo.
Como prueba de vida, durante 10 días los plagiarios le mandaban notas de voz con el llanto de Mauro a sus padres.
Después de varias negociaciones, los secuestradores aceptaron la cantidad de dinero que los padres podían ofrecer, por lo que se pactó la entrega del menor en las inmediaciones de Milpa Alta. El trato era sencillo: Cuando les entregaran el dinero, el niño quedaría libre; pero no fue así. Los secuestradores no entregaron al pequeño, por lo que sus padres comenzaron a preocuparse aún más.
Al final, los secuestradores dejaron a Mauro en las calles de San Bartolo Ameyalco, alcaldía Alvaro Obregón, donde elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana encontraron deambulando al menor la madrugada de este martes.
El niño fue trasladado a una estación para recibir atención médica mientras los policías indagaban con vecinos si alguno tenía a un niño desaparecido, pero nadie reconoció a Mauro, por lo que fue trasladado a la Procuraduría donde se logró identificarlo y llamar a sus familiares.
Por su parte, la Procuraduría ha comenzado con las investigaciones pertinentes. También han informado que no hay imágenes relevantes en las cámaras de seguridad del C5.
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