Samantha, una chica de 26 años había salido de una jornada laboral como mesera en Casa de Toño sucursal Perinorte, se dirigía a su hogar en Tultitlán, Estado de México, por lo que abordó una combi que la llevaría por la vía López Portillo.
Cerca de las 9 de la noche, a la altura de la colonia San Rafael, dos sujetos armados que habían subido como pasajeros, desenfundaron armas de fuego y comenzaron un atraco.
Con lujo de violencia amenazaron a los usuarios para despojarlos de sus pertenencias que como siempre, se consiguen con mucho trabajo y esfuerzo.
Hubo varias personas que se negaban a entregar sus cosas, entre ellas Samantha, que escondió su teléfono celular entre su ropa, hecho que enfureció a los asaltantes que dispararon contra ella.
Pese a que los servicios de emergencia arribaron al lugar (más o menos rápido), y la llevaron a un hospital en Villa de las Flores, Samantha murió casi inmediatamente dejando huérfanos a sus tres hijos de 9, 7 y 2 años de edad.
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