Hace unos días marqué al centro de rehabilitación en donde está Ricardo o como le dicen los padrinos «El Richart Guir».
Le dio gusto recibir la llamada y a mi escucharlo centrado y claro, me dijo que no olvidaba lo que platicamos el día que decidió salir de la calle y aunque me da algo de pena, él lo recuerda como un mantra: «Se necesitan muchos huevos para querer estar bien y tú los tienes».
También me contó que ha tenido sueños «bien malvados» y la tentación de salirse un par de veces del centro de rehabilitación, pero algo en él dice no, es su oportunidad de cambio y no la quiere perder.
Acordamos que en los momentos de mayor ansiedad, imaginará estar en la playa, la que más le guste y Richard escogió Cancún, recordó que hace un par de años fue, me describió con claridad la arena y el azul del mar.
Tiene 25 años recién cumplidos y el reto de desintoxicar el cuerpo, pero sobre todo el reto de mantener su mente y espíritu conscientes en el hoy, una cosa a la vez.
Voy y hago fotos a la banda, esa es la misión del proyecto #LosVisiblesInvisibles y en el camino de forma directa o indirecta no hay forma de no involucrarse, de ayudar con lo que se pueda, se mira de cerca las necesidades de las chavas y chavos, una de ellas la más básica, escucharlos y llamarlos por su nombre.
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