* La puesta en escena aborda una fuerte temática desde el sarcasmo, como si fuera ropa sucia que es necesario dejar de usar cotidianamente
* Las madrinas Alicia Martínez Álvarez, Anabel Domínguez y Rocío Belmont, fueron las encargadas de develar la placa conmemorativa
CIUDAD DE MÉXICO, 25 de julio de 2022.- El teatro está más vivo que nunca y para celebrar cinco años de éxito de la puesta en escena Ropa Sucia, se develó anoche una placa conmemorativa.
Escrita y dirigida por Andrómeda Mejía, cumplió cinco años de éxitos por todo el país, ya que despierta el interés por un tema poco abordado y difícil de hablar: el suicidio. Pero en la puesta en escena se ahonda el asunto desde el lado sarcástico y hasta lúdico, para desembocar en una reflexión en torno al sentido de la vida.
Con la participación de los actores integrantes de las compañías Punto de Ebullición y Los tres pies del gato, la propuesta se presentó a lo largo de dos semanas en el Teatro Sergio Magaña de la colonia Santa María La Ribera.
Cabe destacar que Ropa sucia fue designada como la Mejor Obra en la categoría Montajes de recién egresados, durante el 25 Festival Internacional de Teatro Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México (FITU-UNAM) en el año 2018.
La responsable de la propuesta es la psicóloga, dramaturga, actriz y directora de escena Andrómeda Mejía (Estado de México, 1986), egresada de la Escuela Nacional de Arte Teatral (ENAT) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) y de la Universidad Iberoamericana. Prolífica dramaturga, su texto En busca de las estrellas fue llevado a la escena virtual por la compañía teatral La Flota en residencia con la prestigiada compañía catalana La Fura dels Baus.
Para escribir Ropa sucia, la artista partió de la provocación que le causó un breve texto de Yoko Ono: “Cuando recibas invitados, saca tu ropa sucia del día y explícales la historia de cada prenda. Cómo y cuándo se ensució y por qué, etcétera”.
El resultado fue un interesante texto dramatúrgico que se ha convertido en un muy divertido montaje escénico y en una reflexión acerca de “los dolores y las tristezas acumuladas, que por más que han sido lavadas, volvemos a manchar por negarnos a olvidar”, ha asegurado la autora y directora de la propuesta.
Ahí, por el escenario se ve a Fernando Mendoza Pérez, “un joven de 31 años, seis meses y ocho días de edad”, a quien ciertas situaciones de su vida familiar (el divorcio de sus papás) y una reciente decepción amorosa (Mariana lo engaña con el Donovan) le han dejado una sensación de vacío y un sentimiento de culpa que, “como si fuera ropa sucia, viste todos los días”.
Todo ello no lo deja respirar ni encontrarle sentido a la vida, al grado de perder el interés en el amor, la amistad, la familia: en todo, e intentando, una y otra vez, el suicidio. Pero al fracasar también en ello, opta por lo más seguro: solicita la eutanasia en una oficina de gobierno.
Pero sus deseos de morir se van esfumando al tener que cumplir con tantos requisitos y trámites burocráticos. Entonces, vienen a su memoria ciertas vivencias, sus manías, sus caprichos y anhelos. Algunos recuerdos le hacen desternillarse de risa y otros lo ponen triste, pero también le hacen preguntarse si todo eso era en serio o en broma.
Y de tanto pensar y pensar, se reencuentra con su pasado, y descubre que quizá no todo es así como ronda en su cabeza, y que, seguramente, una nueva chica, un amigo, una canción, un cigarrillo sean lo suficiente como para intentarlo nuevamente, mientras haya vida.
La puesta en escena recurre a una serie de proyecciones audiovisuales y a temas musicales de los años ochenta, como I Want to Break Free de Queen.
La dramaturgia, dirección y diseño sonoro son de Andrómeda Mejía, y en esta breve temporada contó con las actuaciones de Edgar Alonso, Georgina Arriola, Martín Becerra y Berenice Mastretta/Brisa Seag (quienes alternan funciones). La escenografía es de Isabel Becerril y la iluminación corrió a cargo de Edgar Mora.
El equipo develó una placa conmemorativa por cinco años de presentaciones, en medio de una gira por Ciudad de México, Mérida, Morelia, Guanajuato y Oaxaca, gracias al Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales. Las madrinas de dicha develación fueron:
– Alicia Martínez Álvarez, directora escénica. Fundadora de la compañía Laboratorio de la máscara.
– Anabel Domínguez, directora escénica y actriz. Fundadora de la compañía Haruki Teatro.
– Rocío Belmont, directora escénica y directora de casting para importantes películas y series mexicanas y extranjeras.