Jung Joon-young, ex cantante de K-pop, fue liberado este martes después de pasar cinco años en prisión por su participación en un escándalo de violación grupal y grabación sexual ilegal en Corea del Sur. El excantante, de 35 años, fue declarado culpable en 2016 por dos cargos de violación, así como por filmar encuentros sexuales sin consentimiento y compartir las imágenes.
Saliendo de la cárcel de Mokpo, a unos 350 km de Seúl, Jung Joon-young evitó a la prensa, cubriéndose con un sombrero negro y una máscara, según informó la agencia de noticias News1.
El caso de Jung Joon-young forma parte de uno de los mayores escándalos con cámara oculta en Corea del Sur, donde las grabaciones clandestinas, conocidas como «molka», se utilizan para filmar secretamente a mujeres en baños, vestuarios y otros lugares. Este tipo de grabaciones, a menudo, terminan siendo compartidas en internet, contribuyendo a la creciente preocupación sobre la privacidad y la seguridad de las mujeres en el país.
El caso de Jung Joon-young también se enmarca en el contexto del movimiento #MeToo en Corea del Sur, que ha sacado a la luz numerosos escándalos sexuales en la industria del entretenimiento. Jung Joon-young, quien se dio a conocer en 2012 en un programa de televisión, admitió su culpabilidad desde el principio, declarando que había grabado a mujeres sin su consentimiento y compartido los videos en un grupo de chat.
Esta no fue la primera vez que Jung Joon-young enfrentó acusaciones de grabar encuentros sexuales sin consentimiento. En 2016, una exnovia lo acusó de lo mismo, aunque posteriormente retiró los cargos. Jung Joon-young defendió sus acciones argumentando que la exnovia había consentido la grabación en ese momento.
El caso de Jung Joon-young, junto con otros escándalos sexuales en la industria del K-pop, ha generado un intenso debate en Corea del Sur sobre la ética y la responsabilidad de las celebridades, así como sobre la protección de los derechos de las víctimas de abuso sexual.