En Cork, Irlanda, la familia Barker rentó un departamento de Airbnb. Como es normal, lo primero que hicieron fue conectarse a la red WiFi del inmueble.
Cuando el padre, Andrew Baker, decidió escanear la red, se dio cuenta que el puerto 80 estaba abierto y al conectarse en el navegador, inmediatamente salió el vídeo que estaba siendo transmitidos en vivo.
La cámara estaba oculta en lo que parecía un detector de humo.
Este hecho fue reportado a principios de marzo a través de redes sociales. La familia Barker se tomó una selfie para tener evidencia de la violación a su privacidad.
Se desconoce cuántas familias más fueron grabadas.
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