Por Paulina García M.
La gran interpretación del Joker, le ha dejado a Joaquin Phoenix la satisfacción de obtener el Óscar a Mejor Actor; sin embargo, el camino recorrido por él para dotar de vida a este personaje, no fue fácil. A continuación, puedes conocer algunos datos interesantes del proceso que el artista vivió para el rodaje de la película.
Risa incontrolable: El personaje se ganó el apodo de “el risas” por su particular tendencia a carcajearse en momentos inoportunos, esta enfermedad se conoce como epilepsia gelástica y para lograr cada uno de sus movimientos y sonidos, Phoenix realizó una investigación previa respecto a dicho padecimiento; de igual forma, pasó 8 meses estudiando a profundidad las características que le darían vida a Arthur Fleck.
Pérdida de peso: Con ayuda profesional, el actor se sometió a una rigurosa dieta en la que logró bajar 23 kilos en únicamente 4 meses. Este proceso por momentos llevó al interprete a enloquecer y a obsesionarse con su peso; sin embargo, pudo sobrellevar la situación y el físico que adquirió lo dotó de una gran fluidez con la que pudo desarrollar los movimientos estrafalarios del personaje.
El secreto de su baile: Phoenix le dio su toque personal al característico baile del Joker en el que desborda felicidad, para ello, se basó en el estilo de un bailarín del siglo XX llamado Ray Bolger, específicamente en el tema “The Old Soft”, imitando la manera arrogante en que dicho artista se movía.
Maquillaje de un asesino: El peculiar maquillaje que termina de dotar al Guasón de perversidad, fue basado en el payaso Pogo, quien fue un asesino serial que realizó aproximadamente 33 homicidios. De forma que, el maquillaje es fundamental en él, a tal grado que su sangre termina convirtiéndose también en parte de éste.
Fue la mezcla y el detalle que se puso en cada uno de estos elementos, lo que llevó a Joaquin Phoenix a regalarnos una de las mejores interpretaciones del Joker y que sin duda seguirá siendo galardonada.
