Camila Roxana Martínez Mendoza, de tres años, fue declarada muerta en el Hospital Básico Comunitario del municipio de Salinas, en San Luis Potosí, sin embargo, un día después, durante su velorio, despertó.
La madre y la abuela se percataron que la menor movía los ojos, incluso el cristal del ataúd se empañaba, por ello decidieron abrir el féretro, y una enfermera que se encontraba en el lugar confirmó que Camila tenía singnos vitales.
En ese momento, la pequeña fue llevada en ambulancia de nuevo al hospital, pero durante el traslado, murió.
De acuerdo con los familiares, Camila enfermó el pasado 16 de agosto. Presentaba diarrea, por lo que fue llevada a una clínica, y tras varias revisiones pediátricas, fue remitida al Hospital Comunitario donde se quedó internada.
Fue hasta la madrugada del jueves 18 cuando los médicos declararon muerta a Camila. La acta de defunción que se emitió decía que el fallecimiento ocurrió a las 00:15 por una diarrea aguda, deshidratación severa y shock hipovolémico.
Tras lo ocurrido, la Fiscalía General del Estado (FGE) inició una carpeta de investigación de oficio para saber si existió negligencia en la atención médica de la pequeña.
