* La compañía de La Ternura realizó anoche reconocimiento a su brillantísima trayectoria, de más de cuarenta años
CIUDAD DE MÉXICO, 25 de mayo de 2024.- Honor a quien honor merece, no es sólo una frase hecha; y menos en casos como éste, en el que la compañía de la obra La Ternura realizó anoche un reconocimiento a la trayectoria del director Benjamín Cann, pilar desde hace más de 40 años con brillantes trabajos en teatro, televisión, ópera y cine.
Para engalanar la noche, se tuvieron a cuatro invitados de lujo: María Rojo, Paulina Goto, Emmanuel Palomares y Karina Gidi, cuatro de los miles de actores que han sido dirigidos por Cann.
Benjamín –Beni, para la mucha gente que lo quiere y admira— se autodenomina como “inventor de vidas ajenas”, y sin duda lo es, como lo prueban sus decenas de aplaudidos trabajos.
Benjamín supo que quería dedicarse toda su vida a esta actividad desde que asistió a sus nueve años con un tío-abuelo a un espectáculo en el hoy desaparecido Teatro Blanquita, en el que conoció a la extraordinaria María Victoria y al gran José Alfredo Jiménez.
Su inclinación por entender la vida ajena de las personas lo puso a estudiar psicología durante cinco semestres; luego probó la carrera de Administración de Empresas, para finalmente aceptar lo que realmente le llenaba el corazón y comenzar su formación en la carrera de Comunicación en la Universidad Iberoamericana, Ahí, se enamoró a primera vista de la televisión y el cine; aunque el teatro lo conservó como su área favorita.
En el año 1984 filmó su ópera prima, De muerte natural/Las asesinas del panadero, y poco después obtuvo su primer trabajo profesional en el Instituto del Consumidor en el que dirigió documentales y programas. Prosiguió su vida laboral en el Conacurt como guionista y director de documentales culturales. Entre sus primeros trabajos en este terreno destacan Alberto Moravia, Algunas Áfricas, El primer vuelo del Concord a México.
La obra Los bosques, de David Mamet inspiró un largometraje al que título como el poema del escritor Jaime Sabines Yo no lo sé de cierto, lo supongo, estelarizado por Diana Bracho y Manuel Ojeda.
Dirigió también De muerte natural, basada en un caso que descubre el diario Excélsior sobre un panadero asesinado por cuatro mujeres. En la cinta participaron Angélica Aragón, María Rojo, Salvador Sánchez, y Diana Bracho.
En la llamada pantalla casera ha tenido una presencia permanente a lo largo de varias décadas, con títulos tan destacados como El pecado de Oyuki, Rubi, Morir para vivir, Buscando el paraíso, La sombra del otro, Rubí, S.O.S.: Sexo y otros secretos, La fuerza del destino, Por ella soy Eva, Qué pobres tan ricos y más recientemente la tetralogía de Vencer…, que recientemente transmitió Vencer el desamor.
Dirigió a La Doña en María y sus ciudades, y ha trabajado con materialmente todos los grandes actores de nuestro país como Silvia Pinal, Verónica Castro, Daniela Romo y un larguísimo etcétera.
En teatro ha cosechado triunfos memorables con montajes como Una pareja abierta, muy abierta, y Rita/Julia. En 1991 dirigió la producción de Morris Gilbert Muertos de la risa, soplando velas en el infierno o por qué no te arreglas ese diente, y dos años después Él y sus mujeres, también producida por Gilbert.
El año pasado estuvo nominado al premio Metro como mejor director de teatro por el montaje de El cuerpo en que nací, actualmente en cartelera.
Hoy este “inventor de vidas” hace magia para traer a nuestro mundo a los seis maravillosos personajes de La Ternura, cuya compañía agradece su entrega, talento, pasión, experiencia… para hacer de esta obra una maravilla escénica.
Sobre la obra
Escrita por Alfredo Sanzol, La Ternura es un divertimento escénico que retoma la estructura de las comedias del teatro isabelino, brillantemente desarrolladas por William Shakespeare, especialmente en La Tempestad y Noche de Reyes, también hay elementos de Como gustéis, de Mucho ruido y pocas nueces, y del Sueño de una noche de verano.
La genialidad del llamado Cisne de Avon es el trampolín desde que se impulsa Sanzol para ofrecer una comedia actual, vigente, que reivindica cada uno de los temas de hoy como la inclusión, la igualdad de géneros, la defensa de los valores femeninos, el surgimiento de nuevas masculinidades, los logros LGBTQ+, la defensa ecológica, la medicina tradicional y hasta el boom del arte culinario.
Sanzol explica que la obra se llama La Ternura “porque habla de la fuerza y de la valentía para amar. La ternura es la manera en la que el amor se expresa. Sin ternura el amor no se ve. La ternura son las caricias, la escucha, los pequeños gestos, las sonrisas, los besos, la espera, el respeto, la delicadeza. Una sociedad sin ternura es una sociedad en guerra”.
Además del humor y sus moralejas, el montaje plantea en segundo plano un alegato en favor del entendimiento entre los dos sexos. “Tiene algo de parodia, quería reírme de aquellos que ven el mundo dividido por sexos, porque yo nunca he entendido esa división. No veo cuál puede ser la razón de esa separación que aboga por una visión unitaria y holística del ser humano”.
La Ternura cuenta la historia de una reina algo maga y sus dos hijas princesas que viajan en la Armada Invencible obligadas por el rey a casarse en matrimonios de conveniencia con nobles ingleses una vez que se lograse con éxito la invasión de Inglaterra. La Reina Esmeralda odia a los hombres porque siempre han condicionado su vida y le han quitado la libertad, así que no está dispuesta a que sus hijas tengan el mismo destino que ella.
Cuando la Armada pasa cerca de una isla que la Reina considera desierta, crea una tempestad que hunde el barco en el que viajan. Su plan es quedarse a vivir en esa isla con sus hijas, para no volver a ver un hombre en su vida.
El problema es que eligen una isla en la que, desde hace veinte años, viven un leñador con sus dos hijos, que huyeron allí para no volver a ver una mujer en su vida. En cuanto la Reina y las dos princesas descubren que no están solas, se visten de hombres para protegerse. Y, en ese momento, comienzan las aventuras, los líos, los enamoramientos, y las confusiones…
Ahora, La Ternura llega a México en un montaje dirigido por uno de los más respetados y reconocidos directores, tanto de teatro como de televisión: Benjamín Cann, quien sorprende con una brillante puesta en escena minimalista, que apela a la esencia del teatro; la imaginación.
Participan seis estupendos actores: Alejandro Calva, Mónica Dionne, Arap Bethke, Carla Medina, Pierre Louis y Luisa Guzmán Quintero.
El equipo creativo de este montaje lo integran Estela Fagoaga, diseño de vestuario; Emilio Zurita, diseño de escenografía; Cinthia Muñoz, diseño de imagen; María Vergara, diseño de iluminación; Alberto Campuzano, diseño de audio; y Paola Nallely Palacios García, utilería. Max Antúnez es el productor ejecutivo y César Riveros el supervisor de producción.
La Ternura se está presentando en el Nuevo Teatro Libanés y tendrá las siguientes funciones de acuerdo al siguiente calendario: Sábado 25 de mayo a las 18:00 y 20:30 horas y domingo 26 de mayo a las 17:00 y 19:00 horas; viernes 07 y 21 de junio a las 19:00 y 21:30 horas, sábados 08 y 22 de junio a las 18:00 y 20:30 horas y domingos 09 y 23 de junio a las 17:00 y 19:00 horas.
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