La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos ha declarado oficialmente el fin del fenómeno de “El Niño”, marcando el inicio de “La Niña 2024”. Este cambio climático trae consigo un clima más frío que podría aliviar la sequía que afecta a México, pero también aumenta la probabilidad de fenómenos climáticos extremos.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha emitido una alerta para todo el país debido a la activa temporada de lluvias, ciclones y huracanes que se anticipa con la llegada de “La Niña” en 2024. Se prevé que el número de ciclones tropicales aumente significativamente, especialmente en el Atlántico, donde se espera la formación de entre 20 y 23 ciclones, un incremento de casi el 50% respecto a años anteriores.
Christian Domínguez, investigadora de Cambio Climático en la UNAM, señala que “La Niña” puede llevar a temperaturas más frías en la superficie del Pacífico y una mayor actividad ciclónica en el Atlántico. Entre los efectos previstos para México en 2024 se incluyen:
• Clima caluroso persistente
• Sequías en el norte del país
• Huracanes de mayor intensidad
• Ondas tropicales frecuentes
• Mayor número de ciclones tropicales
• Un invierno más frío de lo habitual
El Instituto Nacional de Meteorología y Estadística (INMET) describe a La Niña como un fenómeno climático caracterizado por el enfriamiento de las aguas oceánicas, que provoca cambios significativos en las precipitaciones alrededor del mundo. Este fenómeno forma parte del ciclo natural global conocido como El Niño, con duraciones que varían entre 9 meses y 3 años, y niveles de intensidad que van de débil a fuerte.
Preparativos y medidas preventivas
El Servicio Meteorológico Nacional de México (SMN) estima que hay un 49% de probabilidad de que La Niña se desarrolle en el país entre junio y agosto, y esta probabilidad aumenta al 69% para el periodo de julio a septiembre de 2024. Ante esta situación, es crucial que las autoridades y la población tomen medidas preventivas para mitigar los posibles efectos adversos.
Con el incremento en la actividad ciclónica y los cambios en los patrones de lluvia, se espera que México enfrente desafíos significativos en los próximos meses. La preparación y la adaptación a estos fenómenos serán clave para reducir el impacto de La Niña en el país.
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