En el municipio de Paraiso, Tabasco, un ratero estuvo hincado por unos minutos orando en un templo católico (una capillita), posteriormente el sujeto se levanta y se retira del lugar, pero vuelve a los pocos minutos y asalta a la señora que se encuentra orando. La mujer intenta retener sus pertenencias, pero el sujeto se las lleva sin pensarlo.
¡Qué canijo sinvergüenza!
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