Aunque esta noticia no es nueva, es digna de compartir y recordar al mundo que con cada pequeño acto, se puede sumar y hacer la diferencia.
Este es el caso de Joao Paulo Araujo, un sacerdote en Brasil que desde hace varios años rescata a perritos en situación de abandono, los baña, les da resguardo y los pone en adopción al terminar la eucaristía en la Parroquía de Sant’Ana Gravatá.
De esta forma, los feligreses pueden darle un hogar permanente y lleno de amor a cada uno de los animalitos que se pueden ver paseando o descansando en el altar de esta iglesia.
Esta acción, año con año ha rendido frutos, logrando que el índice de caninos en situación de calle disminuya.
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