La calle, escenario de diversas clases sociales, el abogado y el indigente caminando por la misma banqueta, empeñados en busca del sustento diario, antagonismos de clase, opresión sobre el opresor, sociedades separadas, situaciones de vida.
Por un lado, la mujer de campo vendiendo a ras de piso sus “Marías”, tradicionales muñecas de trapo muy mexicanas y por el otro, la tienda de “souvenirs” exhibiendo en un cartel impreso una réplica del famoso lienzo “Vendedora de flores” de Diego Rivera. Sería mejor admirar las obras de arte en su estado original, un miércoles de Pintura.
La manufactura en constante lucha ante la producción industrial, mercados locales ante cadenas comerciales. ¿Qué sucedería si Diego Rivera regresara a la vida? Como lo hizo hace 135 años un día como hoy 8 de diciembre, pero del año 1886. ¿Qué diría si viera a la venta separadores de libros impresos con algunas de sus obras? ¿O qué diría al ver las cantidades enormes de dólares que se pagan ahora en subastas por las pinturas de Frida Kahlo? ¿Le habría gustado vender a Diego sus pinturas a ras de piso o ponerlas a la venta en un escaparate?
La lucha seguirá en pie, hasta el día en que los artesanos y los industriales caminen y convivan por la misma banqueta sin discriminación, sin sociedades separadas, sin opresión, en situaciones de mejor vida.