Más de 2000 restos óseos, han sido hallados en la vivienda del feminicida de Atizapán, y según explicó el propio criminal, se comió a algunas de sus víctimas.
A través de su puesto en el consejo ciudadano, el feminicida atraía a sus víctimas a su propio domicilio con la promesa de apoyo económico en algún programa social, apoyo para conseguir trabajo, o inclusive las manipulaba para sostener relaciones sexuales con ellas para después matarlas.
Esta semana, Andrés «N» fue trasladado a un Centro de Reinserción diferente luego de haber presuntamente sufrido un atentado por parte de varios reos en el penal de Barrientos.
El asesino, tuvo una carnicería hace 10 años, de ahí su apodo «El Carnicero», sin embargo, el individuo siguió vendiendo carne a sus vecinos asegurando que se la mandaban de Oaxaca. Ahora, se cree que vendía la carne de sus víctimas tras agregarle sal.
Sin palabras y con mucho coraje.
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