Los veintidós jugadores se negaron a continuar mientras el árbitro siguiera en el estadio
El parque de los príncipes vio su realeza deteriorada por el infame episodio de racismo que terminó siendo más importante que el partido que se disputaba entre el París Saint German y el Basaksehir de Turquía.
En los primeros minutos del encuentro, el entrenador adjunto del equipo turco, Pierre Achille Weno, se acercó al árbitro central para reclamar que el cuarto árbitro, llamado Sebastian Coltescu, emitió un insulto racista a uno de sus jugadores, ya que se refirió a él como «el jugador negro»; sin embargo, tras su reclamo, Pierre solo fue expulsado.
En seguida se acercaron jugadores de ambas escuadras y mostraron su solidaridad negándose a jugar el resto del partido hasta que el cuarto árbitro se retirase del estadio.
El encuentro terminó siendo cancelado; jugadores del PSG cuestionaron al cuarto árbitro preguntándole si se refiere a los jugadores blancos como «el blanco». En un intento de tranquilizar a los jugadores molestos, Sebastian explicó que en rumano, su lengua natal, negro hace referencia al color de la piel.
Esto no fue suficiente para los veintidós jugadores y antes de que se cumplieran los treinta minutos del partido de Champions los jugadores abandonaron el campo. Este es otro evento que funge como testimonio de la incesante violencia racista que padece Francia y se recalcó el mensaje de no racismo en el fútbol.
Con información de J. Augusto Peña
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