Equipado con un impermeable fluorescente, botas de caucho y gafas de seguridad, Harley, un pug de tres años de edad, se dispone a aliviar la ansiedad y el estrés de médicos y enfermeros del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre.
Su dueña, la neuropsicóloga clínica Lucía Ledesma, dice que la presencia de Harley ayuda a “amortiguar el estrés psicológico, afectivo y psíquico” del personal médico de la primera línea de acción, quienes llevan más de 50 días luchando contra el COVID-19.
“Hay compañeros que inmediatamente quieren cargar a Harley, jugar con él (…) Hay que considerar que el tiempo de privación de contacto físico es significativo, sobre todo para el personal de la primera línea de acción, que incluso se ha segregado de su propia familia para evitar una posibilidad de contagio”, señaló la doctora Ledesma.
Harley “El Tuerto” es apodado así ya que perdió su ojo derecho en un accidente. Él es parte del servicio de psiquiatría y neuropsicología del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del ISSSTE. Desde febrero se preparó su incorporación a este proyecto de apoyo emocional, previendo la tensión que desataría la pandemia. Harley es acompañado todos los días por su dueña, la doctora Ledesma, a cumplir una jornada de 2 horas de terapias.
Desde muy pequeño fue formado para participar en terapias e interactuar con pacientes con “afecciones psiquiátricas, psicológicas o neuropsicológicas”, cuenta la doctora Ledesma, quien llama a Harley su “coterapeuta”.
Con información de Magaly Montoya.