Por Paulina García M.
Son muchas las personas que necesitan de un buen café para iniciar el día con toda la pila, mientras que otras se abstienen de hacerlo porque les produce un efecto de extremada ansiedad.
Lo anterior ocurre porque, aproximadamente 15 minutos después de ingerir cafeína, ésta llega a nuestro cerebro y funciona bloqueando los receptores de la adenosina, las cuales, son las moléculas responsables de causarnos sueño.
Así mismo, también se estimula nuestro sistema nervioso y liberamos dopamina que nos brinda una sensación de felicidad y placer. Por lo tanto, de acuerdo con la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, nos sentimos más despiertos y elevamos nuestros niveles de atención.
De igual forma, no es recomendable tomar café en altas cantidades, puesto que, además de que aumenta nuestra frecuencia cardiaca y presión arterial, también puede provocarnos ansiedad o problemas de sueño, estos efectos pueden perdurar hasta 6 horas después de ingerirla.
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